En octubre de 1944 la avanzada alemana llegó a Hungría. Inmediatamente Hitler destruyó al, hasta entonces, líder del gobierno húngaro y lo reemplazó por Ferenc Szálasi, un hombre de su confianza.
A partir de ese momento cerca de 80.000 judíos fueron trasladados al Campo de Concentración de Auschwitz, y aproximadamente 15.000 fueron asesinados a lo largo de la orilla del río Danubio.
Las víctimas fueron obligadas a quitarse los zapatos, por ser un producto valioso durante la Segunda Guerra Mundial, antes de que les dispararan, cayendo al río para ser arrastrados por el aguas helada.
El director de cine Can Togay y el escultor Gyula Pauer, homenajearon a las víctimas instalado, en el año 2005, un grupo escultórico de 60 pares de zapatos de época y tamaño real esculpidos en hierro a lo largo de la orilla del río.
Fueron colocados de manera casual, como si la gente acabara de sacárselos. Los estilos de los zapatos, por ejemplo unas bota de trabajo; los mocasines de un hombre de negocios; un par de zapatos de taco alto de mujer, e incluso los zapatos de un niño, fueron elegidos específicamente para mostrar cómo nadie se salvó del horror, independientemente de la edad, el género, o la ocupación.
En tres sitios a lo largo del memorial se colocaron signos de hierro con el siguiente texto en húngaro, Inglés y hebreo:
“A la memoria de las víctimas fusiladas en el Danubio por milicianos de la Cruz Flechada entre 1944-45”
